Resolución AFT

Una respuesta sólida a la pandemia de COVID-19

 

CONSIDERANDO que, si bien el virus COVID-19 es un nuevo desafío médico para la humanidad, los recursos y la experiencia necesarios para enfrentar y trascender este desafío ya estaban disponibles antes de su aparición; y

CONSIDERANDO que los funcionarios de salud pública, los investigadores científicos y los profesionales médicos de base han trabajado juntos para producir planes de acción detallados basados ​​en la ciencia y basados ​​en datos para responder a los patógenos emergentes que mantienen a los trabajadores de atención médica de primera línea seguros y al público en general saludable; y

CONSIDERANDO que estos mismos profesionales trabajan diligentemente en tiempo real para realizar actualizaciones basadas en evidencia a estos protocolos y planes para adaptarlos a las circunstancias creadas por un riesgo específico para la salud pública; y

CONSIDERANDO que estos planes, especialmente coordinados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, han sido la base de las respuestas globales a las enfermedades infecciosas emergentes; y

CONSIDERANDO QUE, estos planes basados ​​en evidencia han sido importantes para nuestras estrategias en la supresión de nuevos patógenos como el virus de la influenza H1N1 (porcina) y el virus del Ébola, así como para el manejo de enfermedades endémicas como la gripe estacional; y

CONSIDERANDO que es absolutamente fundamental para el éxito de estas estrategias emergentes de contención de patógenos que haya coordinación de múltiples grupos a través de los límites jurisdiccionales y que el público tenga confianza en las agencias de salud pública, las instituciones de investigación y los médicos; y

CONSIDERANDO que, una y otra vez, la administración Trump se ha negado a aprovechar la riqueza de la experiencia de décadas de investigación científica y experiencia en salud pública probada con datos para combatir la propagación del nuevo coronavirus en favor de una “estrategia ad hoc”; y

CONSIDERANDO que la “estrategia” de la administración Trump para lidiar con el nuevo coronavirus, tal como es, está impulsada por las consideraciones políticas de la campaña de reelección del presidente en lugar de la ciencia y la experiencia de los profesionales que son necesarios para suprimir el virus; y

CONSIDERANDO QUE, la administración Trump ha abdicado de su papel de liderazgo nacional y mundial en la respuesta a la pandemia, obstaculizando y en ocasiones socavando directamente los esfuerzos para controlar la enfermedad, proteger a los trabajadores de la salud de primera línea y crear las condiciones seguras para una recuperación económica sólida, incluida una regreso seguro a la instrucción en el salón de clases en nuestros sistemas de educación K-12 y superior; y

CONSIDERANDO QUE, la politización frecuente y continua por parte de la administración Trump de las políticas críticas de salud pública y científicas en torno al nuevo coronavirus ha erosionado la confianza del público en las agencias y entidades en las que debemos confiar para gestionar la pandemia, lo que continúa erosionando nuestra capacidad colectiva para reprimir la pandemia y reanudar una vida diaria más normal; y

CONSIDERANDO que los continuos fracasos de la administración Trump han costado la vida a más de 200,000 personas en los Estados Unidos y han tenido un impacto negativo en millones más; y

CONSIDERANDO que, en contraste con la respuesta al COVID-19 caótica y excesivamente politizada de la administración Trump, el exvicepresidente Joe Biden ya ha publicado un plan con base científica para ayudar a mitigar esta pandemia y tiene el historial comprobado para implementarlo con éxito, como su anterior Gestión de la pandemia durante la administración Obama-Biden:

RESUELVE, que la Federación Estadounidense de Maestros hace un llamado a los funcionarios electos en todos los niveles de gobierno para desarrollar políticas públicas en torno a la pandemia de coronavirus basadas en buena evidencia y ciencia, aprovechando la experiencia de médicos, expertos en salud pública e investigadores académicos; y

RESUELVE, que la AFT lucha por una sólida infraestructura de salud pública a nivel federal, estatal y local que revitalice nuestra fuerza laboral de salud pública, mejore los esfuerzos de nuestros departamentos de salud estatales y locales, modernice nuestros anticuados sistemas de datos de salud pública y aumente la capacidad de investigación en agencias públicas de ciencia e instituciones de investigación; y

SE RESUELVE, que la AFT continúa exigiendo una respuesta federal coordinada y basada en evidencia desarrollada por funcionarios de salud pública con el aporte de médicos, científicos de investigación y expertos académicos que aborde la escasez de equipo de protección personal para los trabajadores de primera línea, el suministro inadecuado de pruebas materiales y escasez de pruebas, la escasez de equipos médicos para los enfermos y otros desafíos para combatir la pandemia que solo se pueden superar con la coordinación federal; y

RESUELVE, que la AFT apoyará y promoverá el enmascaramiento universal y las precauciones de seguridad como una intervención no farmacéutica esencial para controlar la pandemia y comenzar a reabrir nuestras instituciones y nuestra economía;[ 1 ] y

RESUELVE, que la AFT exigirá un riguroso proceso de aprobación de la vacuna por parte de la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos para garantizar la confianza del público en una vacuna segura que será necesaria para su distribución efectiva; y

RESUELVE, que la AFT luchará por una vacuna segura, distribuida de manera equitativa y gratuita para todos; y

RESUELVE, que la AFT exige que Estados Unidos vuelva a comprometerse con la Organización Mundial de la Salud y trabaje para recuperar la confianza del mundo como socio activo y líder en salud pública mundial; y

RESUELVE, que la AFT apoya y continúa defendiendo enérgicamente a los servidores públicos que han trabajado diligentemente para desarrollar protocolos basados ​​en evidencia de la interferencia política que es dañina para la salud pública y la seguridad humana, especialmente aquellos que dan un paso adelante valientemente para exponer casos donde la política miope triunfa sobre la ciencia. ; y

SE RESUELVE que la AFT, a fin de crear las condiciones en las que podamos comenzar a restaurar la fe en nuestras instituciones públicas, trabajará para elegir a Joe Biden como el 46º presidente de los Estados Unidos.

Adoptado el 10/7/2020



[ 1 ] Los mensajes contradictorios e inconsistentes de los funcionarios de los más altos niveles del gobierno han servido innecesariamente para propagar enfermedades, incluida la celebración de mítines de campaña en interiores donde los asistentes no usan máscaras.

 

(2020)